¿Qué es el masaje metamórfico?
Muchos clientes me preguntan acerca del masaje metamórfico y después de haber finalizado mi explicación normalmente hay dos tipos de reacciones. Los que me miran con los ojos muy abiertos y con expresión de sorpresa, como diciendo: ¿Me estás vacilando? Y los que muestran un gran interés y me siguen pidiendo más información. Es curioso, pero no suele haber término medio.
¿En qué consiste el masaje metamórfico?
El masaje metamórfico es una técnica terapéutica simple pero muy poderosa. Consiste en realizar suaves caricias en las áreas reflejas de la columna en los pies, las manos y la cabeza. El objetivo es despertar la energía vital del cuerpo para liberar traumas, conflictos o alteraciones vividos a lo largo de nuestra vida incluidos aquellos registrados durante el período prenatal, es decir, el tiempo que pasamos en el útero de nuestra madre durante la gestación.
Según la técnica metamórfica, el momento de la concepción es crucial, ya que influye significativamente en el desarrollo futuro de un individuo. Se refiere a las circunstancias y las emociones que rodearon el mismo instante en el que el óvulo fue fecundado por el espermatozoide. Si la primera célula está impregnada de amor, pasión, comprensión y afectividad, cada vez que se multiplique transmitirá esas emociones a las siguientes células creando un ser cargado de armonía y equilibrio.Por el contrario, si en el momento de la concepción prevalecen emociones negativas o violentas, el ser en desarrollo puede padecer alteraciones de comportamiento o cualquier enfermedad.
Cuando nos estamos desarrollando en el vientre materno, tenemos la capacidad de percibir todas las emociones que nuestra madre vive a diario. Cada emoción, situación o conflicto que ella experimente puede influir en nuestro desarrollo. Esto afecta a nuestras células aún inmaduras, que absorben esa información y la transforman en posibles alteraciones a niveles emocionales, conductuales e incluso físicos en el futuro.
El periodo prenatal se divide en etapas, y cada una de ellas está asociada a órganos específicos, estructuras corporales, así como a emociones o actitudes particulares. La aparición de un conflicto o problema durante una determinada fase del embarazo puede traducirse en alteraciones emocionales, conductuales o fisiológicas a largo plazo. Por ejemplo, en el transcurso del sexto mes de embarazo los pulmones del feto todavía no se han desarrollado del todo. Cualquier conflicto físico o emocional grave que sufra la madre podría afectar seriamente el funcionamiento correcto del sistema respiratorio del niño.
¿Cómo funciona?
La técnica metamórfica es una especie de goma borrador que trabaja los traumas y los conflictos del pasado con el fin de aliviarlos. Las ataduras, condicionamientos, actitudes erróneas que nos conducen a estados depresivos, agresivos o de confusión se van a ir desdibujando hasta que se borren por completo generando una sensación de liberación.
Es un viaje hacia atrás en el tiempo. Los traumas se van limpiando, como si se trataran de capas de cebolla, desde el momento presente hasta el periodo de gestación. Por ejemplo, no se puede superar un problema que ocurrió cuando una persona tenía 2 años sin antes abordar el trauma causado por un accidente de coche vivido a los 10 años.
Historia del masaje metamórfico
Al principio, esta técnica fue denominada terapia prenatal. Sin embargo, este nombre pronto fue sustituido por el de técnica o masaje metamórfico dada la transformación que producía en las personas que recibían este tratamiento. Algunos terapeutas la denominan metamorfosis. La mariposa es el símbolo que mejor encarna este cambio, por eso suele decorar las portadas de la mayoría de la bibliografía relacionada.
Esta técnica fue creada en los años sesenta por el británico Rober St. John, naturópata y reflexólogo de profesión. Descubrió que los problemas físicos, de conducta y evolución del hombre estaban condicionados por ciertas vivencias que la madre había vivido durante el embarazo.
Rober St. John comenzó a desarrollar el masaje metamórfico en el transcurso de un tratamiento a una niña de 18 meses con síndrome de Down. A pesar de que la niña había experimentado cierta mejoría con algunas de sus terapias, él intuía que todavía se podía hacer más, aunque todavía no supiera cómo. Fue entonces cuando comenzó a idear un protocolo que consistía en aplicar ligeras caricias en la zona refleja de la columna vertebral en el pie.
¿Por qué en el punto reflejo de la columna vertebral?
Porque el feto durante su desarrollo en el vientre materno permanece todo el tiempo en una posición curvada (posición fetal), de tal forma que su columna vertebral está en íntimo contacto durante toda la gestación. Así llegó a la conclusión de que los problemas surgidos durante este período de crecimiento quedan registrados en las vértebras, y es necesario trabajar su punto reflejo para liberar la información acumulada.
Con el paso de los días,Robert St. Jonn comprobó que su paciente iba experimentando mejoras como, por ejemplo: mostrar más tranquilidad y más atención durante las sesiones de terapia. Es más, llegó a afirmar que la niña había experimentado cambios incluso en su fisionomía. Esto le animó a realizar las mismas maniobras, pero esta vez en el punto reflejo de la columna de las manos y de la cabeza.
Esta técnica también se ha aplicado en niños autistas, observándose mejoras en su actitud; se volvían más cariñosos y mejoraban sus habilidades para relacionarse con su entorno.
Cuando comenzó a aplicar la técnica metamórfica en adultos, notó que en todos los casos se producía algún tipo de cambio. En algunas ocasiones, se observaba una regresión espontánea que llevaba a las personas a recordar experiencias, permitiéndoles iniciar un proceso de sanación. Esto les ayudaba a liberarse de traumas y bloqueos que se remontaban al momento de su concepción, gestación o nacimiento.
Fundamentos del método
La técnica metamórfica se basa en los conocimientos de la reflexología podal. Una técnica milenaria originaria de la India y China hace más de 5000 años. La reflexología podal establece conexiones entre todos los órganos y estructuras del cuerpo con puntos específicos en la superficie de los pies. Al estimular estos puntos de determinada manera se generan cambios tanto a nivel orgánico como emocional, llevando gradualmente al cuerpo a un estado de equilibrio. Esta estimulación activa las fuerzas autocurativas del cuerpo.
La técnica metamórfica se enfoca en el despertar de lo que se conoce como la fuerza o energía vital. Se considera que, durante la formación de un niño en el vientre materno, su potencial o fuerza vital está intacta. Esto le permite crecer sin conflictos ni alteraciones, desarrollándose como un ser libre sin ataduras a ningún nivel, ya sea físico o emocional. Cualquier interrupción en este desarrollo puede provocar el bloqueo de la fuerza vital, resultando en alteraciones emocionales, de comportamiento o incluso enfermedades físicas en etapas posteriores.
Con esta técnica, las primeras modificaciones que se observan en las personas después del tratamiento son de índole conductual y emocional. Con el tiempo, estos cambios se consolidarán, logrando que también desaparezcan los síntomas físicos.
La diferencia principal entre la técnica metamórfica y la reflexoterapia podal radica en cómo logran los cambios en los pacientes. La reflexoterapia podal logra la rápida eliminación de los síntomas físicos con tratamientos sucesivos y el tiempo; también produce cambios emocionales o de comportamiento duraderos. Por otro lado, la técnica metamórfica logra modificaciones rápidas en el comportamiento y, con el tiempo, la desaparición de los síntomas. Ambas técnicas comparten una base común, pero siguen caminos diferentes para alcanzar sus efectos.
Esto facilita la comprensión de por qué estas dos técnicas se complementan tan bien, trabajando juntas para liberar al paciente de bloqueos y devolverlo a la normalidad rápidamente. Es como abordar el organismo desde dos perspectivas simultáneas: la parte externa, más física y visible, y la parte interna, más emocional y oculta. Al combinar ambas técnicas, los cambios ocurren de manera menos traumática para la persona, ya que se promueve un equilibrio tanto físico como emocional, involucrando todas las estructuras del organismo, ya sean físicas o energéticas. En resumen, todo el ser trabaja en armonía hacia una misma dirección.
Un aspecto fundamental de la técnica metamórfica es que no es necesario preocuparse por la naturaleza específica de la enfermedad, independientemente de lo que esté afectando al organismo o de su gravedad. Lo crucial es despertar en la persona un sentido interno de acción, permitiéndole superar el bloqueo que le impide actuar con libertad. La propia fuerza vital de la persona sabe dónde se encuentra el conflicto y cómo abordarlo. Nuestra labor al realizar el masaje es simplemente desbloquear y otorgar la libertad de movimiento.
¿A quién va dirigido el masaje metamórfico?
El masaje metamórfico lo puede recibir todo el mundo. Desde bebés, niños, adolescentes, adultos, personas mayores hasta mujeres embarazadas.
Los niños son los mejores pacientes, porque llevan muy poca carga a sus espaldas y suelen ser muy receptivos a esta terapia. Cuanto antes les liberemos de las herencias energéticas, antes podrán vivir la vida con todo su potencial intacto.
En cuanto a los adolescentes, este método les permitirá hacer frente a sus cambios hormonales y su sensación de no pertenencia de forma más tranquila y ordenada; reducirá los ataques de agresividad y los cambios de humor tan repentinos típicos de la aborrescencia.
En adultos se aplicará siempre y cuando exista un deseo de cambio y de mejora. En cuanto a las personas mayores, aunque parezca mentira, son candidatos óptimos, porque reaccionan tan rápido como los niños y están totalmente entregados y abiertos a nivel energético.
En mujeres embarazadas es el tratamiento, ya que lo reciben conjuntamente madre e hijo y ayuda a reducir la ansiedad, el miedo y los cambios de humor propios de este estado. Para aquellas mujeres que han sufrido varios abortos las ayudaría a borrar los sentimientos de miedo y de frustración que se han quedado registrados en los órganos involucrados en la generación de una nueva vida.
Mi experiencia personal
Es verdad que el masaje metamórfico no es para todo el mundo. De hecho, hay personas que lo menosprecia por su falta de respaldo científico. Como dice una amiga mía: es un acto de fe… Bueno, ahí lo dejo.
Si el cliente está interesado, siempre presento la técnica metamórfica después de completar el protocolo de reflexología podal y le dedico unos pocos minutos. Nunca realizo una sesión completa a menos que la persona haya tenido previamente tres sesiones de reflexología podal.
Las sensaciones que se pueden experimentar son muy variadas y suelen ser leves: cansancio profundo, hiperactividad, locura por ordenar la casa, tristeza, rabia o cabreo.
Estas dos últimas emociones son las que yo he experimentado. Suelo advertir a mi marido con tiempo cuando voy a recibir uno, para que no me haga ni caso si me ve deambulando por la casa mostrando los colmillos. Esto es muy importante para la paz familiar.
En cuanto a mis clientes, solo he tenido un caso de una mujer que se tiró dos días en cama después de una sesión: sentía un cansancio que no podía con su alma. Bien es cierto, que esta persona tiene una gran sensibilidad y un don a nivel energético.
¿Cómo te das cuenta de que estás experimentando algún tipo de cambio?
Cuando aquellas situaciones que te exasperaban, te hacían sufrir o te daban miedo dejan de hacerlo. Incluso, al surgir eres consciente de su presencia y puedes controlarlas sin que te afecten. Así de sencillo.
Me gustaría haber sembrado una pequeña curiosidad con toda la información que os he brindado y os invito a participar en vuestro propio proceso de metamorfosis cuando así lo sintáis.
