Reinvención a los 40: Madre y Terapeuta
Reinventarse y cambiar de profesión a los 40 años no es una tarea sencilla. Se necesita una motivación poderosa para dar ese giro. En mi caso, hubo dos motivos fundamentales: en primer lugar, convertirme en madre; y, en segundo lugar, embarcarme en el estudio de la reflexología podal. Esta terapia no solo me apasionó, sino que también me introdujo en un mundo fascinante de conocimiento y sanación.
Me considero muy afortunada por haber tenido la oportunidad de cuidar a mi hija desde el momento en que nació y de haber sido testigo de su crecimiento hasta convertirse en la persona que es hoy en día. No puedo sentirme más orgullosa de ella. No obstante, a medida que adquiría experiencia en las terapias naturales, también sentía la necesidad de tener un espacio propio y lograr sentirme realizada a nivel profesional, en mi nueva faceta como terapeuta.
Ahí es donde surge el deseo de hallar un trabajo que me guste, pero que al mismo tiempo me permita conciliar con mi familia. Y que además me permita disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Compaginar tus deseos profesionales sin descuidar de los tuyos a veces se convierte en la Misión Imposible. ¡Qué difícil es alcanzar ese punto de equilibrio!
Afrontando el Cambio: Resistencia y Apoyo
Los cambios en general suelen generar miedo. Algunos son tan drásticos que pueden resultar paralizantes. Sin embargo, si cambiamos nuestra perspectiva, podríamos verlos como nuevas oportunidades para crecer tanto a nivel personal como profesional. Mi cambio de profesión representaba precisamente eso: una nueva oportunidad con un futuro incierto, pero también con un potencial emocionante.
Estoy aprendiendo a mirar al miedo de otra manera. Es un camino desafiante, pero también liberador. Mi objetivo es encontrarme segura en él, a pesar de la incomodidad que me genera. Es una sensación que indica que estoy en el lugar correcto y que, en última instancia, me ayudará a evolucionar y crecer.
Cuando me puse manos a la obra, el miedo unido al constante rechazo que recibí al enviar solicitudes de trabajo, casi me hacen rendirme, tirar la toalla y mandarlo todo a freír espárragos. Me sentía como un diente de león siendo pisoteado con total indiferencia.
En esos momentos en los que parece que el mundo entero está en tu contra, buscar apoyo en tus seres queridos es fundamental, al menos así ha sido en mi caso. El apoyo incondicional de mi marido, mi hija, mi familia y un grupo selecto de amigos cercanos fue crucial para detenerme, tomar aliento, coger carrerilla y seguir avanzando. Emprender es un camino a largo plazo, que requiere resistencia física, emocional y económica. Y ahí estaba mi diente de león para recordármelo todos los días y no perder el foco en mi objetivo.
Abrazando el Cambio: Un Viaje Personal
Cada decepción, cada desprecio o indiferencia al que me enfrentaba lo percibía como un fracaso, y aunque me esforzaba por ver el lado positivo, a veces resultaba imposible. Lo prometo. Me llevó algún tiempo comprender que el fracaso es simplemente parte del proceso para llegar a la meta. Lo que no te mata te hace más fuerte. El camino hacia el éxito de los triunfadores está plagado de errores e intentos fallidos. La prueba y error es una fórmula que conlleva aprendizaje. Si un enfoque falla, busca otras alternativas para lograr resultados.
No tuve otra opción, si quería dedicarme al mundo de la belleza y el bienestar, que emprender; nadie me daba una oportunidad. Un camino duro y a veces extenuante. Mi logotipo simboliza este viaje, que requiere resistencia, perseverancia y confianza en uno mismo, incluso cuando las fuerzas flaquean. Significa caerse y levantarse constantemente con la fe y la esperanza de que algún día lo vas a lograr.
Comenzar tu propio negocio es como embarcarte en una montaña rusa emocional: un día te sientes en la cima del mundo debido a los éxitos del mes, pero otro día te encuentras agotada y frustrada por los resultados decepcionantes. Aunque ofrece la libertad de organizar tu vida, también implica desafíos significativos, ya que no garantiza un ingreso estable, especialmente al principio.
¿Y sabéis qué? Que valió la pena arriesgarse. Siempre he buscado a los mejores profesores para formarme, porque no cabe duda de que un buen aprendizaje proporciona seguridad a la hora de trabajar. Pero los verdaderos maestros sois vosotros, los clientes. Cada uno es único y especial con una necesidad diferente. Retáis, ayudáis a integrar conocimiento y dais una lección de vida con cada éxito y fracaso, que también los hay. Conocer vuestras historias me inspiran y me aleccionan como persona. Solo puedo sentir agradecimiento por la confianza que depositáis en mí.
