Una de mis grandes pasiones ha sido viajar, lo digo en pasado, porque hasta que no fui madre me pegué unos viajes de escándalo. Ahorraba hasta el último euro para poder conocer diferentes lugares del mundo. Y cuanto más lejos estuvieran ¡mejor! Reconozco que Asia es una de mis grandes debilidades. Sencillamente me fascina. He visitado China, la India, Vietnam, un poquito de Camboya, Tíbet y Nepal. Y todavía me faltan muchísimos más países, que espero conocer muy pronto.
Menciono estos viajes porque fue allí donde despertó mi interés por aprender reflexología podal. Era muy frecuente ver pequeños establecimientos donde te ofrecían este tipo de masajes. Recuerdo cómo me quedaba embobada mirando carteles envejecidos y amarillentos, desgastados por el tiempo, donde mostraban mapas de los pies con sus correspondientes puntos reflejos.
Han pasado casi 15 años desde que me lancé a aprender reflexología podal. ¡Parece mentira! El tiempo vuela. Lo hice en la escuela de Thuban de la mano de dos expertas en la materia: Petra Almazán y su hija Gema Lozano. Dos mujeres excepcionales tanto a nivel personal como profesional. En clase éramos 14 chicas, de distintas edades y profesiones, y la conexión que se formó entre nosotras durante los dos años de formación fue única. Es una etapa de mi vida que la recuerdo con muchísimo cariño.
La reflexología podal transformó completamente mi forma de entender la salud, la enfermedad y la vida. A los 40 años, tomé la decisión de cambiar de profesión y dejar atrás mi carrera en empresariales. Esta experiencia marcó el inicio de mi viaje hacia el aprendizaje de diversas terapias naturales, hasta lograr convertirme en terapeuta. Siguiendo las palabras de mi maestra Petra Almazán, tener los pies de una persona en tus manos es como tener su alma, y es crucial tratarlos con máximo amor y respeto.
Historia de la reflexología podal
Vamos a explorar los misteriosos orígenes de la reflexología podal viajando en el túnel del tiempo. Hace más de 5000 años, esta técnica ancestral ya era conocida en la India y China, expandiéndose con el tiempo a lugares más allá del Lejano Oriente como Egipto y Grecia. Incluso las tribus indígenas de los Cherokees, en Carolina del Norte, practicaban esta antigua técnica.
Los primeros tratados de Medicina Tradicional China, conocidos como Nei-Ching (4500 a.C.) abordan temas como la acupuntura, moxibustión, masaje, manipulaciones, hidroterapia, fitoterapia, entre otros. La sabiduría contenida en estos textos ha servido como base para el desarrollo de la medicina oriental actual. Entre las técnicas terapéuticas milenarias se incluyen la reflexología, la digitoacupuntura, la auriculoterapia, el shiatsu, etc.
Siguiendo la estela de nuestro viaje, nos dirigimos ahora a la pirámide más antigua de Egipto, en Saqqara. Allí nos encontramos la tumba de Ankamahor, también conocida como la tumba del médico. En las paredeshay dibujos que muestran que ya en esos tiempos se usaba la reflexología en pies y manos. Es como si nos dejaran un mensaje para las futuras generaciones sobre cómo cuidar de nuestro bienestar.
Pegamos un salto hacia la Antigua Grecia, en donde los pies simbolizaban la movilidad, la estabilidad, la seguridad y el alma. Alrededor del año 200 D.C., el Oráculo de Delfos se transformó en un santuario al que la gente viajaba en busca de sanación a través de los pies.
Cambiamos de continente y nos situamos en Carolina del norte, en territorio Cherokee. El Clan del Oso ha transmitido degeneración en generación su conocimiento sanador. Esta tradición ha perdurado hasta hoy gracias a Jenny Wallace, una mujer criada en las Montañas de Blue Ridge en Carolina del Norte, quien practica la reflexología podal de manera intuitiva aplicando conocimientos ancestrales. En palabras de Jenny: "caminar sobre la tierra nos conecta con el universo, y nuestros pies nos mantienen conectados a las raíces de la vida misma".
¿Pero cómo se fundaron las bases de la reflexología actual? No es sino hasta 1913 que el doctor Fidgeral, un médico otorrinolaringólogo estadounidense, redescubre la reflexología. Sostiene que el cuerpo se puede dividir en diez líneas o zonas energéticas que van desde la cabeza hasta la punta de las manos y los pies. Esto se conoce hoy como terapia zonal, una simplificación de los meridianos de acupuntura de la medicina china. Tres años después, publica su descubrimiento en el libro Terapia Zonal, junto con ilustraciones del doctor Joseph Shelby Riley. Este último, también practicante de reflexología, detalla a fondo la ubicación de los puntos reflejos en manos y pies.
En la consulta del Dr. Shelby colaboraba una jovencísima Eunice Ingham, enfermera y fisioterapeuta. A principios de la década de 1930, Eunice comenzó a desarrollar sus propias teorías y a aplicar técnicas que la consagrarían como la creadora de la reflexología podal moderna. Tuvo el privilegio de trabajar con los pacientes del Dr. Fidgerald durante varios años logrando resultados excelentes.
Ingham desarrolló su propio método de reflexología podal centrado en el uso exclusivo de las manos y lo extendió por todo Estados Unidos, llegando tanto a profesionales médicos como a personas comunes. Más tarde, su sobrino Dwight Byers asumió la responsabilidad de continuar su legado. Fundó el Instituto Internacional de Reflexología e impartió seminarios en todo el mundo.
En qué consiste la Reflexología Podal
La reflexología podal se basa en la estimulación de los puntos reflejos de todos los órganos del cuerpo. Durante el masaje, se aplica presión en diversos puntos, áreas y zonas reflejas del pie, generando un estímulo que es captado por el Sistema Nervioso. Esto provoca una respuesta inmediata, como relajación o contracción muscular, así como respuestas orgánicas y glandulares, con el objetivo de equilibrar el organismo a nivel físico, emocional y energético.
Un reflejo puede ser descrito como una respuesta rápida que el cuerpo envía de una zona a otra a través de canales energéticos, conocidos en la Medicina Tradicional China como meridianos. Estos meridianos son circuitos eléctricos que constituyen una red en el cuerpo por la cual fluye el qi, o energía vital. Diversas circunstancias o sucesos de la vida pueden llevar a que estos meridianos se bloqueen u obstruyan, dando lugar a dolor o enfermedad.
En los pies se refleja la información de todo nuestro organismo, y es precisamente en las áreas donde experimentamos dolor o tensión, donde se debe de trabajar para disolver o equilibrar la zona que está emitiendo esa señal de alerta.
Información psicológica y silenciosa de los pies
Es interesante destacar que, durante mis dos años de estudio lo que más me llamó la atención fueron los cambios que experimenté a nivel emocional. La reflexología podal facilita la toma de conciencia de diversos aspectos de tu vida, no solo a través del dolor físico, sino también por las características físicas de tus pies.
Cada uno de estos aspectos tiene una implicación psicológica que contribuye a un mejor autoconocimiento. La capacidad de resolver problemas radica en poder identificarlos; si no los reconoces, simplemente no existen. Y si no existen, la posibilidad de tomar acción es nula.
Los pies hablan lo que alma calla. Tienen su propia forma de expresarse: temperatura, coloración, textura, olor… La clave para comprenderlos radica en la intuición, la observación y la experiencia. Como veréis a continuación, la lectura de los pies es todo un arte y da mucho de sí. Pero no dejaré de insistir en que lo más importante como terapeuta es mostrar siempre el máximo respeto sin emitir juicio alguno.
Por ejemplo, si eres de esas personas incapaz de tragar una pastilla cuando estás enfermo y sientes dolor en el punto reflejo de la garganta pregúntate cuánto has tenido que tragar en tu vida y cuántos conflictos todavía quedan pendientes sin resolver, para que no seas capaz de deglutir con normalidad.
Otro ejemplo. El estómago desempeña el papel de recibir y procesar el bolo alimenticio para que nuestras células lo puedan absorber. Si hay cierta tensión en la zona refleja del estómago, podría ser útil reflexionar sobre aspectos de tu vida que tal vez no estés logrando asimilar o aceptar.
Las descamaciones son reacciones bastante comunes que a menudo ocurren después de recibir varias sesiones seguidas de reflexología podal. Estas indican una renovación y regeneración de los tejidos. Desde una perspectiva psicológica, podrían señalar la liberación de capas de resistencia o bloqueo mental y emocional, donde antiguos patrones están siendo reemplazados por nuevos.
¿Has tenido alguna vez alguna ampolla? Seguro que sí. Las ampollas son irritaciones causadas por agentes externos, como el roce de los zapatos, lo que provoca la acumulación de líquido bajo la piel. En un sentido simbólico, la presencia de ampollas podría estar indicando alguna situación o compromiso al que nos vemos forzados a asistir sin que nos apetezca una pizca.
Los papilomas son virus y nos hablan de un conflicto negativo mental doloroso, profundo o crónico, que envenena el funcionamiento del órgano reflejado en la zona en la que se encuentra.
Las manchas rojas pueden simbolizar ira o dolor; las callosidades y durezas indican rigidez; los surcos o rayas profundas son cortes energéticos producidos por conflictos mentales o traumas que se quedan grabados en nuestros tejidos. Las interpretaciones son diferentes según en qué pie se encuentren. En el pie izquierdo hacen referencia a aspectos emocionales, mientras que en el pie derecho sugieren temas físicos o materiales.
Efectos beneficiosos del masaje reflejo
Los efectos positivos de esta terapia son tan asombrosos que resulta difícil enumerarlos todos. Por esta razón, voy a exponer de forma esquemática los más frecuentes.
• Induce a un profundo estado de relajación y bienestar.
• Estimula la energía vital.
• Mejora la circulación sanguínea, linfática, a nivel local y general.
• Equilibra las transmisiones nerviosas, contribuyendo a mantener el medio interno en perfectas condiciones.
• Depura y limpia el organismo de sustancias tóxicas.
• Favorece la respiración y la nutrición celular.
• Reduce el estrés, la tensión y la ansiedad.
• Regula las funciones orgánicas, glandulares y hormonales.
• Estimula el sistema inmunológico.
• Alivia el dolor.
Reacciones posibles al tratamiento
Después de recibir un masaje reflejo, el cuerpo requiere tiempo para descansar y adaptarse. A menudo, se pueden desencadenar diversas respuestas, lo que podría derivar en una especie de crisis curativa. La mayoría de las reacciones suelen ocurrir durante las primeras 24 horas. En situaciones crónicas o más intensas, algunas personas podrían necesitar de 48 a 72 horas para recuperarse.
La crisis curativa implica un período en el que los síntomas pueden empeorar antes de mejorar, ya que el cuerpo se adapta y se libera de sustancias tóxicas tanto a nivel físico como emocional. Es considerado como parte del proceso de curación natural en la perspectiva de la naturopatía.
Cada persona responde de manera única al masaje, ya que no hay dos cuerpos iguales. Después de la terapia, se recomienda beber suficiente agua, ya que al aumentar los procesos metabólicos, el cuerpo necesita más líquidos para eliminar toxinas.
Las reacciones más habituales o inmediatas son:
• Emisión de orina en cantidades mayores a lo usual, con un color más intenso y un olor más fuerte o desagradable.
• Mayor vitalidad.
• Sed y/o hambre inusual.
• Cansancio generalizado. Necesidad de dormir.
• Evacuaciones espontáneas. Heces más cuantiosas, líquidas u oscuras.
• Aumento de transpiración corporal.
• Dolores esporádicos.
• Signos de acatarramiento, estornudos, expectoraciones leves… Esto puede suceder en casos de personas con catarros mal curados, bronquitis crónica, asmáticos, etc.
Para finalizar
El estudio de la reflexología podal significó para mí un cambio profundo en mi vida personal y profesional. Por un lado, me brindó la oportunidad de volver a ser estudiante y disfrutar aprendiendo con un entusiasmo genuino hasta convertirme en terapeuta. Por el otro, desafió muchas de mis creencias, llevándome a reconsiderar aspectos como la responsabilidad individual ante la enfermedad.
Tomé conciencia de que ante todo somos seres de luz con un cuerpo físico que hay que cuidar; que existe una conexión directa entre emociones y enfermedad; y que la salud es el resultado de una suma de factores, como la prevención, los hábitos alimenticios saludables, el ejercicio, la compañía de personas positivas, la conexión con la naturaleza y el descanso reparador.
Nuestros pies actúan como fieles mensajeros de nuestra propia esencia, y su cuidado, mediante la práctica de la reflexología podal, nos conduce hacia un estado de paz y bienestar. Cuidar de tus pies significa quererte.