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En los últimos años, la tendencia de incorporar el Kobido en salones de belleza de renombre también sugiere que los clientes buscan experiencias más allá de los tratamientos convencionales, optando por opciones que ofrecen un equilibrio entre la estética y el bienestar emocional. Este fenómeno ilustra la creciente importancia de enfoques holísticos y auténticos en la industria de la belleza y el cuidado personal.

Qué es exactamente Kobido

 Kobido es una firma japonesa con una notable proyección internacional, destacándose no solo por su nombre y sus masajes faciales, sino por la diversidad de tratamientos que ofrece como por ejemplo: masajes de manos, pies, piedras preciosas, etc… Su nombre ha alcanzado tal popularidad que ya se identifica Kobido con masaje japonés, aunque realmente esto no es correcto.
En Japón, proliferan numerosas "casas" o firmas que ofrecen servicios similares a los de la renombrada casa Kobido, aunque muchas de ellas carecen de reconocimiento a nivel mundial.

Orígenes del Kobido

 Kobido fue el resultado de un duelo feroz entre dos de los grandes maestros de Anma; una forma de masaje que se traduce literalmente como "presionar y frotar". Aunque hay desacuerdo sobre el origen exacto de Anma, algunos documentos japoneses sugieren que esta técnica pudo haber nacido hace más de 4000 años en alguna región del norte de la India, Nepal o el Tíbet. Se cree que entró en Japón desde China en el 562 a. C.

Cabe señalar que, aunque hay cierta información histórica disponible, la exactitud y la autenticidad pueden variar. La transmisión oral y las diferencias culturales a lo largo del tiempo pueden contribuir a las discrepancias en las historias de origen de estas prácticas.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que existían 3 niveles de practicantes de Anma: estudiante, practicante regular y maestro practicante. En el siglo XV, como ya mencioné anteriormente, dos de los mejores maestros de la ancestral práctica de Anma compitieron y decidieron desafiar las leyes del tiempo y la naturaleza al enfrentarse a los pies del majestuoso Monte Fuji. Durante el transcurso de un año, estos hábiles practicantes no solo perfeccionaron técnicas faciales difíciles de ejecutar, sino que tejieron un vínculo profundo basado en el respeto.

Lo que inicialmente fue un duelo encarnizado, con el tiempo terminó en una alianza inesperada. En lugar de perpetuar la discordia, estos titanes de la terapia manual decidieron fundar una nueva casa, a la que con reverencia y cariño bautizaron como Kobido. Este nombre, "Casa de belleza y fragancia", resuena con el compromiso de mejorar la estética y el bienestar facial a través de las artes del masaje.

Así, en las sombras de las montañas sagradas, la rivalidad se transformó en un baile armonioso de creación y colaboración, dando vida a un legado que ha resistido el paso de los siglos. La historia de Kobido no solo es un relato de maestría en el arte del masaje, sino también todo un ejemplo sobre cómo la competencia puede florecer en respeto y la discordia puede transformarse en la creación de algo hermoso y duradero.

 En los siguientes 100 años las técnicas de Kobido se fueron transmitiendo a través de los nuevos maestros. A mediados de la era Meiji (1888), el estilo francés de masaje y tratamiento facial comienza a introducirse y fusionarse con las prácticas de cuidado japonesas. Kobido entonces se adapta a los nuevos protocolos y adopta las técnicas de hidratación, limpieza facial, tratamientos con mascarillas, y otras prácticas de cuidados de la piel.

El maestro Ito y su discípulo ShogoMochizuki

kobido orígenes Japón

Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la economía de Japón experimentó una notable recuperación y florecimiento (1950), el maestro Ito, perteneciente a la 25ª generación de la tradición Kobido, fue destinado a una clínica en Ginza. Allí, se dedicó al cuidado de la élite adinerada del país. El maestro Ito falleció en 2009 a la edad de 93 años, tras más de medio siglo de servicio como guardián de la sabiduría de la 25ª generación de Kobido.
Durante su activa carrera profesional, el maestro Ito selectivamente aceptó a tan solo tres aprendices, entre los cuales destacó el Dr. ShogoMochizuki. Este hábil discípulo, con el paso de los años, asumió la responsabilidad de liderar dicho linaje, siendo investido como el maestro de la 26ª generación de la venerada casa y firma Kobido. En la actualidad, el Dr. ShogoMochizuki continúa al frente de la compañía, preservando con dedicación la herencia y la excelencia de la centenaria tradición.

Qué representa Anma en la actualidad nipona

La sociedad japonesa se caracteriza por ser limpia, educada y disciplinada, pero suelen tener dificultad para expresar sus sentimientos. En un país en el que muchos se rigen por la filosofía del ‘Honne’ (lo que uno realmente piensa) y el ‘Tatemae’ (lo que uno dice públicamente), dar rienda suelta a las emociones puede considerarse algo vergonzoso. Y por supuesto, el contacto físico en lugares públicos se reduce a la mínima expresión.
Sin embargo, el masaje Anma persiste como una disciplina arraigada en la vida cotidiana de la sociedad japonesa. Este método perdura como un medio efectivo para fortalecer y estrechar los vínculos entre familiares, amigos e incluso comunidades enteras. En el tejido cultural japonés, los masajes Anma no solo son una práctica terapéutica, sino también un vehículo esencial para la transmisión de conocimientos generacionales.

 En las familias japonesas, la tradición del masaje se integra de manera natural en la educación, siendo transmitida de padres a hijos como parte inherente de sus valores. Este legado no solo busca fomentar la salud y el bienestar familiar, sino que también ofrece a los más jóvenes la oportunidad de ganar algún ingreso adicional o disfrutar de pequeños placeres, como golosinas. Así, el masaje Anma no solo perdura como una práctica terapéutica, sino que también enriquece los lazos afectivos y las tradiciones familiares en la sociedad japonesa.

Un arte apreciado por samuráis y emperatrices

La afirmación de que el Kobido era el masaje favorito de los samuráis y de las emperatrices japonesas refleja la idea de que esta antigua técnica de masaje facial ha sido apreciada a lo largo de la historia por diferentes estratos sociales en Japón.
En el caso de los samuráis, se sugiere que el Kobido era valorado por su capacidad para aliviar el estrés, la tensión muscular y proporcionar una sensación de bienestar. Dada la exigencia física y mental de la vida de los samuráis, esta práctica habría sido vista como una forma terapéutica y relajante de cuidado personal.
Por otro lado, en el ámbito de las emperatrices japonesas, se cree que el Kobido fue adoptado como un ritual de belleza de alto nivel. Las emperatrices, como figuras prominentes de la realeza, podrían haber buscado este tratamiento facial para mantener y resaltar la luminosidad de su piel, contribuyendo así a su imagen refinada y cuidada.

Oriente vs Occidente sobre belleza y salud

 El concepto japonés sobre la salud y la belleza difiere por completo del que tenemos hoy en día en Occidente, donde el término belleza se ha convertido obsesivamente en sinónimo de eterna juventud.

Los masajes faciales japoneses buscan promover la salud y la longevidad, poniendo un fuerte énfasis en la prevención de problemas en lugar de simplemente tratar los existentes. Esta técnica, cuando se aplica con destreza, no solo busca realzar la belleza externa, sino también revitalizar internamente al remover toxinas faciales y armonizar el flujo de ‘Ki’, la energía vital.
En Japón, la belleza se percibe como el estado óptimo que surge cuando se logra un equilibrio armonioso entre el cuerpo físico, el bienestar psicológico y la espiritualidad. Este enfoque holístico reconoce que la verdadera belleza no se limita únicamente a la apariencia exterior, sino que se manifiesta de manera integral a través de la salud física, la estabilidad emocional y la conexión espiritual.

Cuáles son los beneficios del masaje Kobido

Los beneficios del tratamiento facial Kobido son diversos y abarcan tanto la dimensión estética como la salud emocional. Algunos de los principales beneficios incluyen:

  • Trabajo Profundo de la Musculatura Facial: Utilizando maniobras específicas como la percusión, vibración, estimulación y presión, Kobido trabaja en la tonificación y reposicionamiento de la musculatura facial profunda, proporcionando un efecto rejuvenecedor y revitalizante.
  • Atenuación de Arrugas Superficiales: El tratamiento facial Kobido ha demostrado ser eficaz en la reducción de arrugas, especialmente las superficiales. Las técnicas aplicadas contribuyen a suavizar las líneas de expresión y a mejorar la elasticidad de la piel.
  • Reducción de Estrés y Ansiedad: Además de sus beneficios estéticos, Kobido también tiene impactos positivos en el bienestar emocional. El tratamiento ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, proporcionando una experiencia relajante que beneficia tanto al cuerpo como a la mente.
  • Activación de la Circulación Sanguínea: Kobido favorece la circulación sanguínea, lo que, a su vez, mejora la oxigenación de la piel. Esta activación circulatoria contribuye a un cutis más radiante y saludable.
  • Movilización de Toxinas: El masaje facial Kobido no solo estimula la circulación, sino que también contribuye a movilizar toxinas, ayudando así a purificar la piel y a mantener su vitalidad.

Porqué recibir un masaje Kobido

Kobido representa la forma más antigua y técnicamente avanzada de los tratamientos faciales en Japón. Su fundamento se estructura en torno a 48 técnicas provenientes de la antigua firma, cada una de las cuales se especializa en percusiones específicas según el objetivo buscado. Una de las razones que convierten a las técnicas de Kobido en un desafío para los aprendices radica en su origen, ya que surgieron a partir de la competencia entre algunos de los maestros más destacados de esa época.
Kobido, como arte tradicional, demanda años de dedicación para ser dominado y no puede ser aprendido de manera rápida. De ahí la profundidad y la complejidad inherentes a las técnicas, destacando la importancia de la paciencia, la práctica constante y la maestría gradual para alcanzar la perfección en este arte milenario.
Y para finalizar recalcar, que Kobido va más allá de ser solo un tratamiento facial. Es una mezcla de arte y pasión que te sumerge en una experiencia única. Cada toque y movimiento reflejan la rica tradición japonesa en el cuidado personal y el bienestar. No es solo para embellecer la piel, sino también para acariciar el alma. Kobido es como una danza de cuidado auténtico que conecta la tradición con una sensación renovada de bienestar y belleza.