el poder del corazon

 Me gustaría empezar este artículo con la siguiente cita de Angaangaq Shaman, que dice así: ¨La mayor distancia en la existencia del hombre no es de aquí para allá ni de allá para acá. La mayor distancia en la existencia del hombre es de su mente a su corazón. A menos que conquiste esa distancia, nunca podrá aprender a volar como un águila y darse cuenta de su propia inmensidad interior¨.

 Estas palabras del chamán groenlandés nos invitan a una reflexión en la que cada uno de nosotros está llamado a emprender un viaje personal para descubrir su verdadera esencia. Nos anima a vivir no solo guiados por la lógica de la mente, sino también dejando que la intuición y el amor del corazón nos conduzcan hacia una vida plena y auténtica.

 El corazón es mucho más que un simple órgano; es el emblema del amor, el refugio de nuestras emociones y el compañero fiel de los románticos. En la tradición china, el corazón es visto como el ¨Emperador¨ y representa a la Conciencia y la Sabiduría. Además, gobierna el cuerpo con el sabio consejo de los demás órganos.

 Es el protagonista que marca el principio y el fin de la vida, y con cada latido nos habla en un lenguaje que va más allá del ritmo cardíaco. Además, está dotado de inteligencia y su influencia trasciende lo humano, afectando no solo a quienes nos rodean, sino también al mundo y al Universo. Sin embargo, su punto débil son las emociones negativas, que pueden desestabilizarlo y ser la causa de muchos problemas cardíacos y físicos.

El lenguaje del corazón

El corazón tiene su propio lenguaje: su ritmo. Es el canto con el que expresa sus emociones. Entre un latido y otro hay un pequeño intervalo que no siempre es el mismo, y a eso le llamamos variabilidad cardíaca. Cuando ese ritmo se vuelve armonioso y regular, logramos lo que se conoce como coherencia cardíaca.

 El ritmo cardiaco puede verse afectado por el estrés o las emociones negativas o de tristeza. Lo ideal para tener un corazón sano sería mantener una coherencia cardíaca regular, en un estado en el que el ritmo del corazón se sincronice de manera armoniosa con la respiración y las emociones positivas.

 En este estado, los latidos del corazón siguen un patrón suave y regular, lo que genera un equilibrio en el sistema nervioso. Esta coherencia no solo mejora nuestra salud física y emocional, sino que también optimiza la capacidad de nuestro cerebro para procesar información, tomar decisiones y manejar el estrés.

 ¿Cómo podemos lograr una alta coherencia cardíaca? La clave está en practicar la respiración consciente, como lo hacemos al meditar, y en alejarnos de emociones negativas como el odio, la rabia, la ira, la frustración y el miedo.

corazon segundo cerebro

El corazón como segundo cerebro

Hace unos cincuenta años, John y Béatrice Lacey hicieron un descubrimiento fascinante: el corazón no solo bombea sangre, sino que también envía señales al cerebro, señales que el cerebro no solo entiende, sino que incluso sigue. "El que daba las órdenes no era siempre quien se pensaba", reflexionaron, y se preguntaron: ¿Podría el corazón tener su propio cerebro?

A medida que avanzaron en sus investigaciones, descubrieron que el corazón alberga un sistema nervioso con más de 40,000 neuronas, similar a la cantidad presente en algunas áreas del cerebro. Además, este sistema está acompañado por una extensa red de neurotransmisores, células de apoyo y proteínas, lo que subraya el papel complejo y vital del corazón más allá de su función tradicional.

Esto significa que el corazón posee un sistema nervioso autónomo y complejo que mantiene una constante comunicación bidireccional con el cerebro y con todo el cuerpo. Inhibe o facilita la actividad eléctrica cerebral y, por lo tanto, puede modificar nuestro comportamiento, nuestra forma de actuar y nuestra manera de percibir y entender el mundo. El corazón tiene la capacidad de aprender, tomar decisiones, interpretar y entender la realidad, pero sin juzgar porque carece de neocórtex.

En este punto, la famosa frase ¨el corazón tiene razones que la razón no entiende¨ nos viene como anillo al dedo; a simple vista, puede parecer solo una expresión romántica, pero en realidad encierra una gran verdad: hay aspectos de la vida y decisiones que tomamos que no pueden entenderse solo desde la razón.

Esto sugiere que el corazón, como símbolo de nuestra intuición y nuestras emociones, tiene una sabiduría propia, distinta a la racionalidad. En muchos casos, confiar en esta ¨sabiduría del corazón¨ puede llevarnos a entendernos mejor a nosotros mismos y a tomar decisiones más alineadas con lo que realmente somos y deseamos en la vida.

El corazón es un generador de energía

El corazón no solo es un órgano vital, sino también un generador de energía. Produce un campo electromagnético con una forma similar a un doble toroide, que es el más extenso de todo nuestro cuerpo. Este campo interactúa con los campos electromagnéticos de las personas que nos rodean y puede influir en el mundo e incluso en el Universo.

corazon generador energia

Algunos experimentos han mostrado que, cuando una persona con baja coherencia cardíaca permanece junto a un grupo de personas con alta coherencia, su propio nivel mejora y se fortalece. ¿Cómo sucede? Por un fenómeno llamado resonancia, donde las energías de ambos corazones logran sincronizarse entre sí.

También se ha observado que, cuando una circunstancia afecta a muchas personas, como una catástrofe natural o una guerra, los cambios energéticos del planeta cambian. Tanto la Tierra como el ser humano tienen la capacidad de influir en los campos electromagnéticos del otro, porque todo en la creación está conectado. En el fondo, todos somos Uno.

¿Con qué resuenas tú?

El cerebro se expresa a través de los pensamientos, mientras que el corazón se comunica a través de los sentimientos y las emociones. Emociones como el miedo, la tristeza y la ira crean un ritmo cardiaco irregular. Dichas emociones, mantenidas en el tiempo, pueden transformarse en inseguridad, frustración y ansiedad. Poco a poco, se van grabando en nuestro subconsciente y, con el tiempo, pueden manifestarse en un nivel más profundo como nuestro inconsciente.

Cuando esto ocurre, esos sentimientos reprimidos no solo afectan nuestra mente, sino que pueden afectar al cuerpo, cuyo síntoma es la enfermedad física. Así, lo que llevamos dentro, si no lo soltamos o sanamos, termina reflejándose también en nuestra salud física.

Sin embargo, las emociones positivas, como la gratitud, la alegría y el amor, ayudan a que el corazón mantenga un ritmo constante y armonioso y, por lo tanto, una alta coherencia cardiaca. Por eso, es tan importante aprender a transformar las emociones negativas y dar más espacio a las positivas. ¿Cómo lograrlo? Con algo tan simple y poderoso como la respiración consciente.

Cuando alcanzamos una alta coherencia cardíaca, podemos mantener la calma con mayor facilidad, pensar de forma clara y encontrar soluciones efectivas. Esto nos permite gestionar mucho mejor tanto nuestra mente como nuestras emociones. Cada persona tiene el potencial de acceder a una paz y libertad interiores, más allá de las limitaciones de la mente.

Durante mucho tiempo, hemos puesto más atención en el cerebro que en el corazón, y quizá ha llegado el momento de devolverle a este último su poder y su lugar. Las antiguas tradiciones siempre nos enseñaron que en el corazón reside el amor, que nos conecta con nuestro bienestar, con el Universo y nos permite sentirnos plenamente vivos. Sería la manera, como dice Angaangaq, para volar como un águila y alcanzar así la libertad, la sabiduría y una visión más completa de la vida.